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” 4 elementos que definen tu actitud “

Hace poco escuchaba la historia de un hombre que iba a comer a un restaurante, y nada más entrar, le llamó la atención la gran amabilidad con la que le atendió el camarero. Poco después, se dio cuenta de que el resto de camareros del local eran como mínimo igual de amables y agradables que su camarero, algo que aún le sorprendió más. Al terminar de comer, se acercó a la barra para hablar con el dueño del negocio, y tras felicitarlo sintió la necesidad de hacerle una pregunta: “¿Cómo haces para lograr que tus camareros sean tan amables y atentos? Ya que me resulta difícil encontrar un camarero así, pero que todos tengan esta actitud me parece admirable.” El dueño sonrió, y le dijo: “Es muy sencillo, yo no contrato camareros, yo contrato a gente amable, y luego le enseño a servir mesas”. Esta historia creo que refleja perfectamente una tendencia que cada vez parece más evidente, y es que las empresas (y también las personas) elegimos a quién nos va a acompañar en nuestro día a día por su actitud. Y esto no quiere decir que sea lo único importante, ya que requisitos como el conocimiento y las habilidades son necesarios, pero no suficientes, y en definitiva, la diferencia que marca la diferencia es la actitud. Elefantito copia ¿Y por qué sucede esto? Pues porque en un entorno en el que los productos y precios son cada vez más parecidos, donde hay una masificación de profesionales y empresas, la actitud de las personas es lo que marca la diferencia. Y es tan sencillo que hay personas con las que te apetece estar y otras que por el contrario tu propio cuerpo te manda señales de que no te apetece estar con ellas. Claro está, el concepto de actitud es muy amplio, por lo que yo destacaría cuatro características que son cada vez más valoradas y demandadas. Serían las siguientes:

1. La responsabilidad Ser responsable tiene que ver con la “habilidad para responder”, y para ello, la pregunta clave es ¿qué está en mi mano hacer? Las personas responsables no empiezan sus frases con un “Es que…”, no ponen excusas, ni critican y tampoco se quejan. En lugar de echar la culpa a los demás de sus resultados se centran en actuar allí donde ellos pueden, y luego asumen su parte de responsabilidad en los resultados cosechados, tanto en lo positivo como en los resultados no esperados. Y cuando analiza lo ocurrido lo hace desde la observación y no desde el juicio destructivo, ya que pienso que del error no se aprende, sino que se aprende desde la observación y la reflexión, tanto se aciertas como si no.

2. La proactividad Para explicar este concepto me gusta empezar definiendo la pasividad, que serían aquellos que permanecen inmóviles independientemente de lo que les suceda. Por otro lado tenemos la el término reactividad , aplicado a las personas que reaccionan ante lo que les sucede, adaptándose a las nuevas circunstancias. Pues bien, las personas proactivas van un paso más allá, ya que primero imaginan qué es lo que desean y después empiezan a actuar para que esto sea más probable. De alguna manera, la persona proactiva se anticipa a que el azar u otros escriban su guión.

3. Ser positivo No hay que confundir a los optimistas ilusos con el concepto de ser positivo, ya que los primeros simplemente piensan que las cosas les va a salir bien sin reflexionar ni hacer nada, mientras que para ser positivo se trata de analizar la realidad y centrar tu atención en hacer una lectura que te ayude a lograr tus objetivos. Una persona positiva se centra en la solución y no tanto en el problema. Además, otra cualidad que le define es su entusiasmo, ya que es capaz de saber aprovechar lo bueno que le aporta cada persona y circunstancia.

4. Empatía La inteligencia emocional es una cualidad cada vez más demandada, y por un sencillo motivo, porque esta habilidad se ha mostrado más productiva que cualquier otra. A través del reconocimiento y gestión de tus emociones, puedes solucionar mejor los desafíos del día a día, estar más motivados y lo que es más importante, te ayuda a empatizar e influir de manera positiva en las personas de tu entorno. Por último, la empatía es uno de los factores determinantes en el liderazgo, ya que si las personas de tu entorno perciben que te interesas sinceramente por ellas y las comprendes, tus mensajes tendrán mucha más influencia en ellos.

Como cierre, te dejo una frase que me ha acompañado y guiado desde hace años, y que de alguna manera, está relacionada con estos conceptos:

“Tal vez no pueda cambiar el mundo, pero actúo para cambiar mi mundo” 

Fabián Villena Director del “Instituto de Actitudes Positivas”