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No sé si te has hecho esta pregunta alguna vez, a mi me surgió cuando hace unos días le pedí a mi padre que me firmara una hoja y él sin dudarlo la firmó de inmediato, sin ni siquiera preguntarme previamente para qué era. La hoja estaba por rellenar todavía, aunque eso a él no le importó, ya que me consta que confía en mí plenamente. Fue entonces cuando me cuestioné cuánta gente más haría esto por mí. Al hacernos esta reflexión lo que pienso que conseguimos es tasar cuántos confían ciegamente en nosotros. Tal vez te estés preguntando ahora ¿para qué era esa hoja que le pedí a mi padre que me firmara? Pero eso es algo que creo que todavía no es el momento de tratar.
Coincidirás conmigo en que la confianza que uno genera en los demás es clave para el éxito tanto en lo profesional como en lo personal, ya que ¿contratarías o emprenderías un proyecto con una persona que no te genera confianza? Estoy convencido de que es un pilar fundamental en cualquier relación importante de nuestra vida, y si se abre una fisura en este aspecto y no se trata suele ser uno de los primeros pasos del final, ya sea de una vinculación laboral como afectiva. Por lo tanto, mi sugerencia en este aspecto, es que en el momento que detectes un alejamiento, una pequeña duda que te preocupe, etc., procures tratarlo de inmediato de manera asertiva; estoy convencido que aunque en ese momento tal vez no sea lo que más te apetezca a la larga es lo mejor para ambos.
¿A cuántas personas firmarías una hoja en blanco?
Esto para mí es una buena forma de saber en quién confías plenamente. Tómate unos minutos para reflexionar sobre ello, analiza sinceramente a quién de verdad le firmarías esa hoja. Y ahora mi pregunta es la siguiente ¿por qué a ellos y no a otros?, es decir, ¿qué aspectos o características valoras como esenciales para ser merecedor de tu firma? Si meditas en profundidad esta cuestión probablemente obtendrás algunas de las claves para generar confianza.
Cada uno tiene una forma de encarar el primer encuentro con una persona, hay quien prefiere estar a la defensiva, por si acaso. Tal vez esto pueda deberse a alguna experiencia previa, o en muchas ocasiones se trata de la educación que le han inculcado desde pequeño del “no te fíes de ningún extraño”. Yo sinceramente prefiero dar un voto de confianza hasta que me demuestren lo contrario, simplemente por dos razones. En primer lugar, me resulta muy cansado eso de estar desconfiando de todo el mundo, cuando veo la energía que pierden algunos preocupándose de cosas que aún no han pasado y que probablemente nunca lleguen a suceder me saturo solo con verlos. En segundo lugar, otra razón de peso es la cantidad de gente interesante que no llegaría a conocer de verdad y todo lo que dejaría de aprender si fuera vetando a la mayoría de las personas con las que comienzo a relacionarme. Además, la vida me ha demostrado que si vas sembrando semillas de confianza con el tiempo nacen flores con forma de oportunidades.
Compara ambas listas
Compara la lista de personas que te firmarían con la de personas a las que tú le firmarías ¿coinciden muchos nombres? Si la diferencia en número entre ambas listas es significativa nos estará indicando que generamos mucha más o menos confianza de la que los otros nos generan. Esto nos invita a plantearnos: ¿a qué crees que se debe esta desigualdad? ¿Por qué hay más gente en la que confías que gente que confía en ti, o viceversa?
Si quieres conocer las claves que os propongo para generar confianza, o descubrir el origen del artículo, CONTINÚA LEYENDO MÁS ABAJO.